La expresión "pin-up" se fijó en los EEUU en las décadas de los '40 y '50. Con este nombre se conocen los dibujos (o fotografías) de chicas bonitas en actitudes sugerentes. Su éxito fue tan rotundo que con el tiempo han llegado a influir en muchos terrenos. Sólo hay que fijarse en el cine, la televisión, la publicidad, los cómics...
Las pin-ups siguen un patrón: son mujeres bonitas, sensuales, normalmente pilladas en situaciones "comprometidas" y que destilan erotismo e ingenuidad por todos sus poros. No hace falta que estén desnudas (de hecho casi nunca lo están). Su encanto reside en sus poses y sus miradas, en esa falda que enseña lo justo, o en esa lencería que sugiere más que enseña. Recatadas al principio, descocadas al final, las pin-ups revolucionaron el concepto de belleza y dieron cuerpo a un nuevo icono de la feminidad: la "cheesecake" o "girl-next-door".
Desde las revistas y los calendarios (forma de publicidad muy extendida en la época) llegaron a todos los rincones del país. Con el apogeo de la fotografía las ilustraciones perdieron peso y algunas modelos se especializaron en el striptease o el cine. Su popularidad fue tal que hasta el gobierno americano llegó a regalar pin-ups a los soldados para que las colgaran en sus taquillas y les subieran la moral durante la 2ª Guerra Mundial.
Las pin-ups siguen un patrón: son mujeres bonitas, sensuales, normalmente pilladas en situaciones "comprometidas" y que destilan erotismo e ingenuidad por todos sus poros. No hace falta que estén desnudas (de hecho casi nunca lo están). Su encanto reside en sus poses y sus miradas, en esa falda que enseña lo justo, o en esa lencería que sugiere más que enseña. Recatadas al principio, descocadas al final, las pin-ups revolucionaron el concepto de belleza y dieron cuerpo a un nuevo icono de la feminidad: la "cheesecake" o "girl-next-door".
Desde las revistas y los calendarios (forma de publicidad muy extendida en la época) llegaron a todos los rincones del país. Con el apogeo de la fotografía las ilustraciones perdieron peso y algunas modelos se especializaron en el striptease o el cine. Su popularidad fue tal que hasta el gobierno americano llegó a regalar pin-ups a los soldados para que las colgaran en sus taquillas y les subieran la moral durante la 2ª Guerra Mundial.
BETTIE PAGE, LA INDISCUTIBLE REINA DE LAS PIN-UPS
Bettie Page es la auténtica musa del glamour y del erotismo y, aún hoy, es todo un símbolo sexual. Se estima que, con cerca de 20.000 fotografías, ha sido la pin-up más retratada de la historia.
Sureña de pura cepa, Bettie Page fue la segunda hija de un mecánico y una ama de casa con sangre cherokee. Después de pasar una infancia difícil, terminó la escuela y se mudó a Nueva York. Allí trabajó como secretaria y empezó a hacer de modelo para fotógrafos. Su talento natural hizo el resto y en seguida destacó como la "Reina del Bondage". Era feliz posando y sabía explotar como nadie su imagen tierna y sensual. Y no tardó en convertirse en la modelo más codiciada de la década.
En los ´50 era difícil abrir una revista de hombres sin encontrar dentro alguna foto de Bettie Page. En el cine hizo "Strip-o-Rama" y más tarde "Varietease" (1954) y "Teaserama" (1955), joyas todas del cine erótico de esos tiempos. Hasta el director Howard Hughes intentó ficharla. Pero ella declinó la oferta. Lo suyo era posar. Conoció entonces a la fotógrafa (y pin-up) Bunny Yeager y con ella se hizo algunas de sus fotos más famosas, incluyendo el póster central de Playboy de enero del '55. El mismo año fue elegida "Pin-up Girl of the World". Estaba en la cresta de la ola.
Pero al terminar la década, cansada de todo o quizá temerosa de envejecer "en público", cogió sus cosas y desapareció del mapa. Poco se sabe a partir de ahí. Al parecer tuvo una "experiencia religiosa" y trabajó durante años en organizaciones cristianas. En los '80 el culto a su imagen renació y en 1993 el programa "The Lifestyles of the Rich and Famous" la encontró y la entrevistó por teléfono. Bettie dijo no saber nada de su renacida popularidad y pidió que la dejaran seguir en el anonimato...
Bettie Page es la auténtica musa del glamour y del erotismo y, aún hoy, es todo un símbolo sexual. Se estima que, con cerca de 20.000 fotografías, ha sido la pin-up más retratada de la historia.
Sureña de pura cepa, Bettie Page fue la segunda hija de un mecánico y una ama de casa con sangre cherokee. Después de pasar una infancia difícil, terminó la escuela y se mudó a Nueva York. Allí trabajó como secretaria y empezó a hacer de modelo para fotógrafos. Su talento natural hizo el resto y en seguida destacó como la "Reina del Bondage". Era feliz posando y sabía explotar como nadie su imagen tierna y sensual. Y no tardó en convertirse en la modelo más codiciada de la década.
En los ´50 era difícil abrir una revista de hombres sin encontrar dentro alguna foto de Bettie Page. En el cine hizo "Strip-o-Rama" y más tarde "Varietease" (1954) y "Teaserama" (1955), joyas todas del cine erótico de esos tiempos. Hasta el director Howard Hughes intentó ficharla. Pero ella declinó la oferta. Lo suyo era posar. Conoció entonces a la fotógrafa (y pin-up) Bunny Yeager y con ella se hizo algunas de sus fotos más famosas, incluyendo el póster central de Playboy de enero del '55. El mismo año fue elegida "Pin-up Girl of the World". Estaba en la cresta de la ola.
Pero al terminar la década, cansada de todo o quizá temerosa de envejecer "en público", cogió sus cosas y desapareció del mapa. Poco se sabe a partir de ahí. Al parecer tuvo una "experiencia religiosa" y trabajó durante años en organizaciones cristianas. En los '80 el culto a su imagen renació y en 1993 el programa "The Lifestyles of the Rich and Famous" la encontró y la entrevistó por teléfono. Bettie dijo no saber nada de su renacida popularidad y pidió que la dejaran seguir en el anonimato...
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